Raúl Zurita (Santiago de Chile, 1950) acaba de ganar el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. El poeta chileno ha sido reconocido en la XXIX edición del galardón, que concede Patrimonio Nacional y está dotado con 42.100 euros. Raúl Armando Zurita Canessa también cuenta con Premio Nacional de Literatura 2000 y Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2016. Perseguido y torturado por la dictadura de su país, sus letras le salvaron la vida. «El premio reconoce su obra, a su ejemplo poético de sobreponerse al dolor, con versos con palabras comprometidas con la vida, con la libertad y con la naturaleza», dijo Llanos Castellanos, con voz firme, pero emocionada, la presidenta de Patrimonio Nacional, organismo que, junto con la Universidad de Salamanca, concede el galardón. Aquí algo de su poemario.
Monólogo de amor de las llanuras nevadas
Amadas llanuras
Sueño un mar nuevo, una nueva planicie, un
blanco que se extiende y se extiende
al sur de este mundo
Sueño con unos ojos nuevos, con una nueva
vida, con el aire humano silbando
las orillas del ventisquero y la Patagonia
Sueño con los nuevos hermanos de las
heladas praderas viniéndose
como vendrá el nuevo mundo, como se
congelarán los fríos de alma hasta el fondo
de la escarcha
Sueño con un nuevo poema en las congeladas
planicies
Sueño con tu amor, con los párpados nevados
de tu amor flameando
sobre la libertad final de nuestros aires
Homenaje de los témpanos, icebergs y glaciares
Queridos glaciares, queridas blancuras de mi
país…
Queridos y blancos. Ay así, ay así es el amor
más blanco que se derrumba
se acercan diciendo los blancos glaciares del
Pacífico besándose, viniéndose entre los
cielos
Tras el horizonte, tras las aguas más heladas
del amor de este mundo que se rompe
mirando
Son las cordilleras del mar, les contestan las
blancas playas, los poemas,
los sueños que lloran mirándose
Somos el sueño que todo Chile lloró mirando,
responden los albos glaciares ciñéndose desde
el océano hacia el sur de este mundo, como
todo el amor, como todo el amor,
helados, azulándose
Todas las cosas cantan bajo el cielo
Querido cielo de mi país
Cantan las cumbres de los Andes, los pastos,
el desierto de Atacama, los grandes ríos,
canales y aguas del sur, Pacífico, nevados
y glaciares
cantan y cantan
Las aves, las bandadas y nieves de las cimas,
garzas, loicas
y las aves más lóbregas de los pequeños de
alma cantan
Canta el día radiante y el día nublado, el
vuelo de las inmaculadas praderas, de las
montañas y los archipiélagos del amor
más helado cantan
Como todas las cosas cantan y cantan
Sólo porque están vivas cantan
cantan y cantan
bajo el cielo de mi país