Londres. Qué impronta, qué ciudad. Cuánto recorrido cultural la precede. Para cuando podamos volver a viajar, acá van algunos títulos que la tienen de protagonista. Trafalgar Square, el palacio de Buckingham, el Big Ben, el Museo Británico, la Tate Gallery, los barrios del Soho, Brixton, Chelsea, todo, todo, es digno de valor literario. Paraguas en mano, salimos de recorrido.
David Copperfield, de Charles Dickens
Como digna novela de formación -esto es, el traspaso de la niñez a la adultez- Dickens apela a la primera persona a la hora del relato y fundamentalmente a la disciplina. Y aquí vemos la Londres que nos imaginamos: sucia de hollín, la burguesía que despuntaba y el malviviente dueño de las calles. Un pobre niño, un padre tirano, la ciudad ruidosa. Un lugar que Dickens conocía de memoria: solía pasearse horas por Londres y cada detalle está definidísimo en toda su obra. Esta, acaso la más personal de todas, fue publicada por entregas -como solía hacerse a la época- en 1849 y finalmente como libro al año siguiente.
La señora Dalloway, de Virginia Woolf
Modernista, fragmentada, esta novela de la Woolf, rescata la Londres de post Primera Guerra Mundial. Cada espacio, cada lugar de la ciudad aquí narrados tienen una función. El libro todo es el relato de un día en la vida de Clarissa, la señora Dalloway. El valor poético gracias a la original estructura de su autora, le valió el gran reconocimiento de toda su obra a partir de esta novela. Woolf, que le aburría el Ulises de Joyce, se divierte haciendo una forma de contrarrespuesta al irlandés.
El intocable, John Banville
Años veinte, entreguerras. Anthony Blunt, el protagonista del libro, fue un tipo real. Uno muy complicado, que fue parte de “Los cinco de Cambridge”. Este grupo de jóvenes, fue reclutado por la KGB en principio por sus inclinaciones comunistas, y desde el centro de servicios de espionaje ingleses, transmitieron información a los rusos durante la Segunda Guerra Mundial. La historia de la traición se vive en las calles de Londres delineadas perfectamente como el carácter y la flema británica.
La dama de la furgoneta, de Alan Bennett
El ingenio y el humor del autor en sus obras sirven de escenario en este breve y espléndido libro ambientado en el Londres de los años setenta. Como otros barrios de Londres, por aquella época Camden Town se estaba gentrificando. Una señora mayor, que vivía en una vieja furgoneta y escribía panfletos, se mantiene en el barrio. Bennett se apropia de la historia (y hasta lo anecdótico: por un tiempo residió en su propio jardín-) y cuestiona la idea de normalidad y el trato que la sociedad da a los que son distintos y se resisten a integrarse. Está la película en Netflix.
Londres, una biografía, de Peter Ackroyd
Lo logrado por el autor es inmenso: gran conocedor de la historia de la ciudad inglesa, traza una gran novela histórica desde los comienzos de la ciudad hasta los tiempos modernos. Con una pluma de gran talento narrativo, Londres transcurre con un rigor cronológico repleto de anécdotas y el origen de las tantas y costumbres británicas. Este libro traza la historia de la vida cotidiana página a página.